La lucha contra la corrupción en América Latina: ¿Puede la Acción Colectiva ayudar a cerrar las brechas?
A medida que ampliamos nuestros esfuerzos para apoyar la Acción Colectiva contra la corrupción en América Latina, Andrea Prieto, especialista en el sector privado, hace un balance de las iniciativas existentes en la región. Ella y representantes de algunas de las iniciativas discutieron el enfoque de Acción Colectiva para combatir la corrupción en Lima, Perú, en la Octava Semana de la Integridad organizada por Alliance for Integrity.
Cambiar el statu quo
La pandemia de Covid-19, la inflación y el malestar social han sumido a América Latina en un estancamiento económico. Al mismo tiempo la corrupción sigue agravando los problemas económicos de la región. Se calcula que le cuesta a las economías de la región la asombrosa cifra de 220.000 millones de dólares anuales y se le atribuye alrededor del 50% del efecto total de la desaceleración económica.
Sólo los corruptos se benefician de la corrupción. Inhibe el desarrollo económico, desalienta la inversión, obstaculiza la innovación, distorsiona los mercados y aumenta el coste de los negocios.
Pero hay buenas noticias. Cada vez se comprende mejor que la lucha contra la corrupción es una responsabilidad colectiva que requiere la cooperación de los sectores público, privado y también de la sociedad civil. Este cambio ha dado lugar a:
- Nueva normativa para el sector privado;
- un mayor énfasis en la responsabilidad de las empresas y;
- la demanda de programas y estrategias de prevención de la corrupción a nivel empresarial.
Paralelamente, las empresas de América Latina desarrollan cada vez más estrategias empresariales de carácter sostenible. Éstas miran más allá de los beneficios a corto plazo, hacia un crecimiento sostenible a largo plazo que no sólo beneficia a la empresa, sino que refuerza la estabilidad económica y la competitividad de los mercados.
En consecuencia, el sector privado de América Latina se ha comprometido más en la lucha contra la corrupción.
Generar confianza mediante la acción colectiva
La falta de confianza entre los actores del sector privado y otras partes interesadas es un obstáculo crítico para avanzar en la agenda anticorrupción. La Acción Colectiva ofrece una metodología de probada eficacia para generar confianza y desarrollar enfoques de colaboración entre las partes. Estos enfoques colaborativos apoyan el diseño y la implementación de medidas e iniciativas de prevención de la corrupción que son eficaces incluso en contextos difíciles.
El B20 Collective Action Hub del Basel Institute on Governance ha identificado más de 60 iniciativas de Acción Colectiva que operan en diversos sectores en 12 países de América Central y del Sur. Estas iniciativas van desde declaraciones conjuntas hasta sistemas de certificación anticorrupción. También vemos herramientas para salvaguardar la contratación pública, como los Pactos de Integridad y los Mecanismos de Denuncia de Alto Nivel.
Las siguientes iniciativas ofrecen una muestra de los distintos tipos de iniciativas y su impacto:
Acción colectiva para reformar la normatividad
Un ejemplo de éxito de cómo la Acción Colectiva puede conducir a una reforma legal o normativa es la Red Marítima Anticorrupción (MACN). La MACN es una red mundial dirigida por empresas que aspira a una industria marítima libre de corrupción.
En Argentina, en 2014, la MACN detectó, a través de su sistema anónimo de notificación de incidentes, denuncias de exigencias irregulares de dinero por inspecciones rutinarias en buques graneleros en Argentina. El soborno se estimó en aproximadamente 30 millones de USD al año. Afectaba no sólo a quienes se veían obligados a pagar sobornos para obtener la documentación que necesitaban, sino también al comercio internacional global de productos agrícolas argentinos. Los costes más elevados y el mayor riesgo legal habían empezado a disuadir a las empresas extranjeras de seguir comerciando en el país.
La MACN trabajó con gremios y cámaras de comercio para identificar los riesgos de corrupción, reunir a los actores relevantes, generar confianza y encontrar formas de resolver el problema.
Gracias a esta acción y por convenio colectivo, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria reformó el marco normativo en noviembre de 2017. El resultado fue la adopción de un moderno sistema de control que digitaliza la gestión de las inspecciones y establece un sistema de controles cruzados.
El proceso de Acción Colectiva se amplió para incluir la formación y el seguimiento de todos los agentes públicos y privados del nuevo sistema. Se calcula que los sobornos disminuyeron en más de un 90%, lo que redujo significativamente el coste por barco de entrar en los puertos argentinos.
La integridad como aspiración: Acción colectiva para reconocer a las empresas
Las empresas ven cada vez más el valor de demostrar públicamente sus credenciales de integridad. En 2010, el Instituto Ethos de Brasil (una organización de la sociedad civil) colaboró con la Contraloría General del país para desarrollar el sello Pro-Ética. Se trata de un sistema para reconocer públicamente a las empresas que implementan programas eficaces de integridad y cumplimiento y que están comprometidas con la agenda de la integridad.
El concepto fue adoptado posteriormente por el Ministerio de Infraestructuras brasileño. Ganó aún más importancia a raíz del escándalo Lava Jato, que obligó tanto al gobierno como a las empresas a reconocer la importancia de las medidas de prevención de la corrupción.
El mecanismo sigue teniendo impacto. En 2020-21, más de 327 empresas solicitaron el reconocimiento. De ellas, 195 cumplían los requisitos de elegibilidad y fueron evaluadas, y 67 fueron aprobadas. En 2022-23, 84 empresas obtuvieron la aprobación.
La herramienta ha sido reconocida como una buena experiencia de Acción Colectiva, ya que las deliberaciones sobre la aprobación de las empresas son llevadas a cabo por el Comité Pro Ética, conformado por instituciones de los sectores público y privado, con representación nacional y comprometidas con la promoción de la integridad corporativa.
El éxito llevó a Paraguay a implantar un programa similar de "Sello de Integridad" Integrity Seal, lo que demuestra el potencial de reproducción de este tipo de iniciativas. En 2023, el gobierno de Paraguay reconoció públicamente a 30 empresas, de las cuales 17 eran grandes empresas y 13 pequeñas y medianas empresas (PYME).
Acción colectiva para el aprendizaje intersectorial
La Acción Colectiva puede reunir a las personas para que aprendan a mejorar la integridad empresarial. Un ejemplo es la Red para la Formación Ética y Ciudadana de Colombia, que ofrece espacios de reflexión y formación sobre la ética en los entornos empresariales.
A través de su programa insignia "La Cátedra de Integridad" Cátedra Colombiana de Ciudadanía, Integridad y Anticorrupción, ejecutado por la Universidad Nacional de Colombia, la red ha reunido a más de 15 organizaciones asociadas del sector público, la sociedad civil, el mundo académico, las empresas y sectores profesionales en formaciones sobre ética. Desde su creación, la Cátedra ha formado a más de 5.500 estudiantes y a más de 1.600 ciudadanos. La red también dirige programas de tutoría para el diseño y la aplicación de iniciativas de Acción Colectiva contra la corrupción.
Acción colectiva para igualar las condiciones
Las iniciativas de Acción Colectiva también pueden contribuir a nivelar el terreno de juego para las empresas, incluidas las PYME. Un ejemplo es la iniciativa Empresarios por la Integridad en Perú.
Esta red dirigida por empresas ofrece certificación contra el soborno, así como formación en integridad para PYME. En el momento de redactar este informe, 49 empresas habían obtenido la certificación y en varias regiones de país está en marcha un proyecto para promover la integridad entre las PYME del sector de la construcción.
Terreno fértil para nuevas iniciativas: estamos aquí para ayudar
El crecimiento y el impacto de las iniciativas de Acción Colectiva en América Latina demuestran que la región es un terreno fértil para la colaboración de múltiples partes interesadas contra la corrupción.
En un contexto de creciente concienciación sobre la corrupción, y en el que los escándalos de corrupción son frecuentes, la Acción Colectiva tiene la oportunidad de ganar mayor legitimidad como forma eficaz de promover la integridad. Y, lo que es más importante para la situación económica actual de América Latina, de crear unas condiciones más competitivas y transparentes para hacer negocios.
Como se muestra en los ejemplos anteriores, las iniciativas de Acción Colectiva pueden influir en la forma de hacer negocios, ya sea a nivel sectorial, ampliando su impacto a nuevos actores como las PYME en el caso peruano, o ampliando las iniciativas para expandirse a nivel regional como en el caso del "Sello de Integridad".
En el Instituto de Basilea apoyamos activamente este enfoque y la próxima generación de iniciativas de Acción Colectiva. Nuestro programa de tutoría de Acción Colectiva ofrece apoyo adaptado y específico al contexto a organizaciones que promueven iniciativas de lucha contra la corrupción lideradas por empresas y múltiples partes interesadas.
También contribuimos a los esfuerzos en curso para construir una comunidad regional de prácticas que permita el intercambio de buenas prácticas y el potencial de colaboración interregional.